viernes, 28 de febrero de 2014

                   EL ESNOBISMO DE LA DBAC EN EL PERÚ

                                Por: Julio César Palomino Huaynamarca

Todos nos hemos indignado con el baguazo, allá por el año 2009 en el que 33 vidas (entre policías y aborígenes) fueron el justiprecio de una protesta indígena, que cuestionaba la presencia de empresas extractivas en sus terrenos que para ellos eran, son y serán sus vidas; protesta que evidenció la ineficacia y nulidad del gobierno aprista en las directrices para solucionar los conflictos sociales. Como si las vidas de estos hermanos no valieran nada, ningún “adalid” de la democracia alzó su voz de protesta.
He mencionado el caso anterior porque, desgraciadamente es significativo y de alguna forma desnuda las pretensiones electoreras de Alan García Pérez y su mimesis demagógica y populista, convertido de acuerdo a la coyuntura en vigilante, cual comisario patético, del capitalismo en América Latina. A su vez y orquestando convenientemente todo lo que pueda decir el búfalo mayor: la prensa y sus referentes más mediáticos, aquellos portadores de la “información veraz y objetiva”, peones de la modernísima y evolucionada Derecha Bruta Achorada y Corrupta (DBAC).
Conflictos sociales, abuso de autoridad, injusticia, inseguridad y otros males, abundan en el Perú; más de un centenar de ellos los heredó Ollanta Humala de la gestión aprista, como para acudir ante un llamado que busque la solución pacífica y más si es de alguna forma una iniciativa mediática. Acaso alguien ha olvidado las protestas en Cajamarca, específicamente lo suscitado a raíz del Proyecto Conga, una vez más, a algún  “referente defensor de los derechos fundamentales” le importó que muchos campesinos se quedaran sin sus tierras, del grave atropello al medio ambiente que se originaría si la minería irresponsable  se hubiera establecido en esa zona de nuestro Perú. Felizmente fueron las grandes masas del pueblo unido los que hicieron retroceder las ambiciones del capitalismo en nuestra sierra norte.
Para los “defensores de la justicia” acaso les interesó lo ocurrido en el distrito de Choropampa, provincia de Chota, en Cajamarca; donde casi toda la población ha quedado estigmatizada irreversiblemente por muchas generaciones, debido al manejo irresponsable de sustancias tóxicas para la vida humana como el mercurio, por parte de la Minera Yanacocha. ¿Una vez más la clase política que exige y defiende la DEMOCRACIA, sus militantes y/o simpatizantes organizaron una protesta, marcha o reclamo masivo exigiendo JUSTICIA para este pueblo de nuestro Perú? Como si fueran extraños a nosotros, esta gente “bien”  siempre ha mirado de reojo al vecino, al trabajador, a la trabajadora del hogar, con una inquina “justificada” en su educación privilegiada, discriminadora y racista. ¿Dónde estaban pues, aquellos “líderes de opinión”, que ahora se exacerban pidiendo apoyo para un país que no es el suyo? Que ve allende y no miran lo que pasa en la puerta de su casa, víctimas de su propia miopía se creen con derechos porque en estos tiempos “eso” está de moda ser tendencia en el twitter y las redes sociales, verse “bizarros” en Instagram porque es snob.
No me quiero ir muy lejos pero yo les pregunto a aquellos “paradigmas” de la vida, de la igualdad, de la libertad, de la justicia, de la paz ¿Dónde estuvieron cuando la derecha más ruin, más corrupta y más salvaje en la historia del Perú: el fujimorato, esterilizó forzadamente a más de dos mil mujeres campesinas y humildes? ¿Qué “caudillo” de los principios que regentan una vida digna, protestó ante estos sucesos? ¿Quién dijo algo ahora que un fiscal ha exculpado al reo Fujimori de la acusación por las esterilizaciones forzadas? ¿Qué “líder de opinión” veraz, objetivo, certero, culturoso o sabelón; lacayo de la derecha voraz promueve una cerrada defensa de los derechos de todos los peruanos? ¿Qué portaestandarte de la JUSTICIA patrocina una acción noble para este pueblo sojuzgado por el más vil sentimiento de los seres humanos que es la indiferencia?
Es que para la derecha peruana y su grey nunca ha estado de “moda” la defensa del proletariado, del trabajador, del campesino, del peruano o lo que es peor la vida misma. Ahora ante los sucesos en la hermana Venezuela, alzan la voz y el puño para condolernos de la “desgracia” llanera, para conmovernos con la “tragedia” de la derecha venezolana; porque no es el pueblo quien protesta en el norte sino los “hijitos de papá”, “los princesos” que dizque reclaman una patria democrática, como si ellos (los de la derecha de aquí y acullá) fueran la panacea para el hambre y la pobreza de América Latina.



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